E.C. Ilustrar poesía es tal vez un reto mayor que ilustrar narrativa, ya que necesita un grado de interpretación más grande, pero al mismo tiempo no se debe querer "traducirla", ¿para ti cómo fue este reto?. Las necesidades son las mismas a la hora de proponer una ilustración,
G.P. El ejercicio de la paráfrasis me ayudo mucho a explorar el texto y prepararlo para construir las imágenes. Efectivamente, no se trataba de representar o de reiterar la idea, sino de generar objetos reflexivos, elementos legibles, imágenes conceptuales que apuntaran a los recorridos de los poemas.
Este proyecto en particular suponía construir un libro evitando el cliché que deteriora cualquier libro, así que la propuesta se encaminó a plantear imágenes que dialogaran, y que, en sí mismas, fueran un tipo de escritura para que el lector encontrara, en diferentes tiempos, las posibilidades de un discurso siempre hilvanado al concepto del libro.
Yo, en ese particular, aprovecho mucho el silencio que existe cuando se lee poesía, y lo entiendo como ese espacio donde se genera el pensamiento, ahí es donde me interesa construir mis imágenes.
E.C.¿Cómo se decidió la partición de los poemas para ilustrarlos, ya que a veces se ilustra una estrofa y a veces dos? ¿Dependió de la edición y del ajuste de páginas?
G.P. La partición fue a cargo de la editora, así que a mi me dieron el libro en páginas y sencillamente me puse a trabajar. Aunque yo empiezo a ilustrar en el centro de un texto, no importando dónde se encuentre, sea al comienzo o sea al final, lo que importa es ubicar justamente ese centro, entonces trabajo sobre esas palabras y dependiendo de la partición desgloso ese centro en varias imágenes.
E.C.El fondo de tus ilustraciones son también el fondo de los poemas, ¿lo decidiste así?
G.P: si, normalmente trabajo a doble página, la idea es recoger tanto la tipografía como los elementos visuales en una misma atmósfera, se entiende que cada doble página es una unidad, como una frase elaborada con varias palabras; una idea, una fotografía o un dibujo que se enhebran en una sola página. Al final todo se vuelve legible en una oración.
E.C.En ocasiones, como en "Una nariz pegada", las ilustraciones plantean una historia redonda y hasta se siente una facilidad del ilustrador, ¿te sentiste más cómodo ilustrando algunos textos? ¿Cuáles te gustaron más y cuáles te plantearon un reto mayor?
G.P. a veces sucede que algunos textos sugieren más que otros, y en veces los ilustradores encontramos una solución más pronta que otra, tal vez por afinidad, tal vez por empatía. Sin embargo la fluidez en la lectura no tiene que ver con la comodidad para resolver un texto, eso depende mas del lector.
Siempre he pensado que, definitivamente, el tiempo en que un lector pueda estar en una imagen significa la estancia que ha hecho el ilustrador en cada ilustración para profundizarla.
E.C.La poesía puede ser muy visual, ¿qué tanto las metáforas de los poemas te inspiraron para hacer tus propias metáforas en imagen?
G.P. Completamente. Digamos que fueron el lugar de donde partí siempre. Sin un lugar de dónde partir o de dónde iniciar un viaje, no podría imaginarse ilustración alguna.
E.C. La poesía es un género literario que puede llegar a ser muy complejo, por eso es un reto para los poetas conservar la sencillez al hacer poemas para niños, como ilustrador ¿pensaste en simplificar tus imágenes o creaste abstracciones sin autocensura?
G.P. no, siempre me ha gustado la poesía y mis ilustraciones corren sin concesión, sin embargo la síntesis siempre está presente en mi trabajo y eso ayuda a tener niveles de lectura.
Una jaula es algo concreto, identificable, legible por un lector, pero si además le ceñimos referencias o inferencias, bien podría ser la imagen de nuestro ser amoroso.
Yo ilustro, abismo la imagen, depende del lector hasta dónde quiera llegar.
E.C. En tus ilustraciones pareces usar muchas texturas, ¿qué tan importante es para ti esto?
G.P. La textura es el primer encuentro con el texto, es el registro de la luz que iluminará todos los elementos y que matizará todos los colores.
La textura es como adjetivar el color.
E.C.Al mismo tiempo, usas colores que parecen matizar las texturas y dar unidad a la imagen. Suelen ser colores bastante sobrios, pero alegres al mismo tiempo, ¿cómo explicarías tu paleta de colores y estilo para ilustrar?
G.P. mi paleta se construye en base a la economía de color para dar peso a los acentos, es utilizar las sombras y medias luces propias de cada color, los grises son color con poca luz, entonces un cenital, además de su valor dramático, es un acento instrumentalizado.
Es otra forma de presenciar el silencio, solo que a oscuras.
E.C. ¿Tuviste toda la libertad para ilustrar el libro o hubo alguna línea editorial a seguir?
No, fue de una entera libertad, digamos incluso de una libertad aterradora.
E.C. En cada poema hay ciertos colores, ¿cómo elegiste los tonos?
G.P. ese fue un mero ejercicio personal de luz, y era el primer color que me surgía a la hora de leer cada poema.
E.C. Finalmente, ¿qué te parece este reconocimiento de Bologna, donde se hace la feria de libro infantil más importante del mundo?
G.P. Para mí es una especie de retribución al editor, casi nunca se presta atención a ese trabajo que genera libros y es más que merecido ubicar una distinción por un trabajo que lleva a una propuesta a su publicación.
Entrevista de Elizabeth Cruz.