sábado, 5 de noviembre de 2011

PEONZA

Hace poco Javier Sobrino y yo charlamos un poco, a él se le ocurrió hacerme una preguntas que después se publicaron en la revista Peonza.
Aquí el texto:


1.- ¿Qué te llevó a elegir la Ilustración como profesión?
Primero fue el azar, después vino el anhelo y ahora es un fervor. Mi comienzo fue cuando ayudaba a mi hermana dando color a sus dibujos o copiando tipografías en un acetato para alguna portada, yo trabajaba como asistente de un maestro escenógrafo y amaba el teatro, por los apuros económicos tuve que entrar a la televisón pero fue una mala decisión; justo en ese tiempo mi hermana me propuso que le ayudara a hacer algunos dibujos y decidí dejar mi trabajo, un dibujo siguió a otro y por las noches mi hermana me prestaba su Quadra 605 (de 25 MHz) mientras experimentaba con dibujos vectoriales, hasta que un día me invitó a ilustrar un cuento y de ahí hasta ahora que se ha vuelto una parte importante de mi vida el ilustrar y hacerlo desde un ordenador.
2.-¿En qué medida tus estudios de Artes Escénicas influyen en las imágenes de tus libros?
Creo que influyen como mis recuerdos, de alguna u otra manera todo nuestro pasado se vuelve un trazo que nos delínea abasteciéndonos de muchas imágenes e ideas. Al principio creo que este bagaje aparecía muy esporádicamente, hasta que se fue robusteciendo y actualmente se ha vuelto parte de mi discurso, una forma de asumirme en el origen que construye mi mirada. Y no solamente son imágenes sino formas conceptuales también, la manera de “montar” una imagen, de conceptualizarla. Es la firmeza que me sujeta cuando me extravío o me confundo. Ya ahora se ha vuelto mi piso desde donde miro el mundo.
3.- ¿De dónde proceden los personajes  de tus obras, algunos de los cuales se repiten en algunos libros?
Hay insistencias que provienen de la fascinación o de lo que me sigue inquietando, recuerdos que siguen generando asombro en mi, creo que por eso la insistencia, es como cuando a uno le llama la atención alguien y existe algo de ese alguien que no logra descifrar qué es pero que hace que uno no pueda dejar de contemplarlo, entonces esa figura se cubre de un halo de misterio que fascina; ese desconocimiento abre un espacio imaginativo enorme, otorgándole permanencia entre los recuerdos y se vuelve casi una obsesión, los sombreros, el gesto, las alas, los pies descalzos, es como un universo poblado unicamente por una sola especie. Su origen es muy diverso, tal vez  proviene de alguna fotografía, de una película, de las fotos de casa o de la gente que anda en la calle, ahí es donde probablemente recoja estos personajes, pero no sé, es difícil precisar un lugar, aunque siempre tengo el recurso de cerrar los ojos y poderlos encontrar.
¿Y por qué esa  indumentaria común a algunos de ellos: camisetas de rayas, pantalones con tirantes…?
Es algo muy lúdico, amo ese aire de “otro tiempo” o de “otro mundo”, me fascina, las rayas para mi me remiten a la infancia y no porque me vistieran así, sino porque recuerdo a un personaje que aparecía en la televisión que se llamaba “Cachirulo” y contaba cuentos a la vez que los escenificaba, su vestimenta justamente era una camisa a rayas y su cabello era de color naranja, usaba zapatos con hebillas y vivía en un mundo mágico para mi, de hecho el programa se llamaba Teatro Fantástico. Todo me hacía imaginar que efectivamente, era de otro mundo, de ahí la reminisencia.
4.-¿Qué papel juega el color en tus ilustraciones? ¿Por qué te decantas por gamas de grises, ocres, azules… y algún color que destaca? ¿Qué intencionalidad tiene?
Es un trabajo que pretende ordenar al color como elemento sustancial, la economía del color permite jerarquizar y significar el color, la idea es muy sencilla, la penumbra anuncia, enmarca y paradójicamente alumbra, ahí es donde el color cobra un valor jerárquico y puede significarse, por eso todo esta enmarcado en grises. Sucede también en el teatro, la penumbra, que en la imagen sería ese agrisado, le da un peso dramático al cenital que potencializa el color, por eso la paleta de color con una sola base de donde surge el color acento. Este criterio posibilita la significancia del color, de escribir con él significados y ayuda mucho a realizar metáforas legibles, o al menos ubicables. Esta idea le devuelve al color pigmento su valor luz, es decir, si a una serie de colores los velamos con un azul, los colores se unifican y emerge una atmósfera de un solo tono como si en realidad fueran bañados por una luz azul, físicamente esto sucede así, es la cualidad de las veladuras en la pintura, la veladura es una luz que baña como una luminaria que tiñe cualquier color.
5.-¿Cuál es tu proceso creativo? ¿Cómo es la evolución de tus ilustraciones desde su gestación inicial hasta las artes finales?
El proceso es muy conflictivo y de mucha incertidumbre, siempre empiezo escribiendo palabras y bocetando formas sin saber muy bien hacia dónde ir, hasta que el propio diálogo que hay en ello me lleva a tierra firme. Este primer paso es muy intuitivo, viene cuando leo por primera vez el texto y una palabra aparece contundente y permanentemente en la lectura, de ahí siempre parto para otras lecturas a la vez que empiezo a dibujar rostros centrándome en amplificar el universo del gesto, todo es a priori, no reflexiono nada, solo intuición, entonces, se va haciendo una ruta que va encontrando idea y consolida esa primera palabra o la cuestiona, es trabajar ciegamente para encontrar algo, horadar la nada, eso que nos deja ver lo que estabamos buscando aunque no lo supieramos, solo hasta que lo tenemos enfrente nos damos cuenta que los buscábamos. Entonces el dibujo lo ilumina todo. De ahí hago un trabajo paralelo con el color y su textura, para mi esta parte es como adjetivar el color. Poco a poco todo se va enhebrando. Es riesgoso porque pueden pasar días sin encontrar nada o lo que se tenga encontrado no sirva de mucho, pero la necesidad se ayuda con la insistencia y al final todo encuentra sentido, entonces uno se reduce y esa primera palabra lo dirige todo y los elementos juegan por si solos. Avanzo sin orden a la vez, ya que a veces me detengo en un detalle o prefiero solucionar el ritmo del libro o hasta me entretengo escribiendo historias, ahí pongo en práctica algo que aprendí de Pablo Amargo, hago preguntas, una y otra vez, sin dejar de dibujar y sin dejar de montar imágenes, las hago en voz alta, las escribo o a veces termino mirando la ventana como bobo, hasta que milagrosamente, la relación de alguna figura o algún objeto lo dice todo: lo encontrado y lo reunido dictan su discurso. Ahí empiezo un ejercicio sencillo, me siento y redacto una descripción muy literal de mis láminas, y en esas explicaciones todo se devela y explica su sentido, los elementos, los colores, las formas, sus avances o sus salidas, allí nace el concepto y el trabajo se vuelve filigrana: enfatizo, limpio, reduzco u ordeno. Es como después de hacer ruidos extraños, sin sentido o aparentemente sin sentido, uno permitiera que ellos mismo ordenaran su melodía, lo demás es limpiar. Eso, todo caos es un orden por descifrar, por eso es que uno se descifra a la vez que se delínea en el trabajo, porque nuestras propias huellas son palabras que uno lee para decir algo. Ahí nos abandonamos y entonces la ilustración pertenece por entero al libro.
5.-¿Qué ventajas consideras que te aporta la técnica digital a la hora de expresarte?
No creo que sea ventaja, de hecho no veo la técnica digital como algo comparativo, es un recurso más y suma con el resto. También como cualquier otra técnica encuentro la posibilidad y juego, contrariamente con lo que se cree, en el trabajo digital, el hallazgo, el encuentro, el accidente es un posible maravilloso que se establece a cada reposicionar de los recursos, a cada prueba, además, creo que es una idea encantadora el trabajar sin ningún otro material más que las luz, pero todavía más, el hecho de que todo tu trabajo sea solo un impulso electrónico, un uno o un cero, bits, sin peso aparente, y que, según nuestro entender, hasta hace poco, era inasible, se me hace poético. Una vez lo pensé, es como elaborar recuerdos, claro, todo esto es un rollo que igual no interesa pero a mi me ayuda a apreciar mis herramientas. Aunque acoto un dato, antes el artista soñaba con atrapar la luz, y recientemente entre dos placas de oro, la luz puede atraparse, ya no solo su huella en la fotografía, sino que fisicamente un halo de luz puede detenerse y mirarse. Así que la posibilidad de imaginar no está en ninguna técnica, sino en el hombre.
6.-¿Qué aspectos valoras en un texto? ¿Qué matices de los mismos son primordiales para ti? ¿Qué clase de historias prefieres ilustrar? ¿Te sientes especialmente atraído por textos poéticos, o más bien narrativos?
Valoro sus hendiduras, las imágenes inciertas, las que el escritor genera para el lector pero también las que el propio texto permite, valoro ese universo posible que nos permite divagar con nuestros propios pies; y no es exclusivo de un tipo de texto o de otro, poesía o narrativa, incluso en la descripción más literal, cuando está escrita en profundidad, es un espacio inmenso para trabajar, ahí es donde uno puede habitar con magnitud, ir o venir y regresar, regresar siempre. Yo creo que ese es el punto más importante, las escrituras en profundidad, para que se inunden con nuestros silencios, como ilustrador o como lector. El texto al que siempre se pueda regresar.

7.-¿Qué partes de las historias quieres representar en tus imágenes? ¿Qué momentos eliges para representar y cuáles son los que no te interesan tanto para crear tu narración pictórica?
Me gusta el momento justo entre el después de que se narra algo y el instante antes de que continue, es decir, el intersticio en la palabra. Cuando el texto describe una acción o una situación y termina la oración enseguida viene el punto, yo ilustro ese espacio que existe entre la última palabra y el punto. Por ejemplo, si un texto habla de alguien que ha bajado y ha encontrado algo, yo ilustro al personaje después de que encontró ese algo y hago de su gesto el lugar donde se tensa el universo, construyendo a partir de ahí una urdimbre que se ramifica en sublecturas  y permitiendo la construcción de metáforas. Es un juego de mucho espacio, es como retratar al personaje en el momento en que piensa algo. Yo diría que mi trabajo se ha vuelto una serie de retratos de miradas perdidas. Otra forma de expandir la realidad. A mi no me gusta ilustrar la situación descrita y huyo siempre de la literalidad, claro, me apoyo del contexto, pero el después se me hace magnífico para despertar la imaginación; yo creo que justamente es ahí donde obtengo el tono de mi trabajo, porque al final parece tener un aire melancólico esa fotografía del instante que siempre se pierde.
 8.-Entre tu primer libro, 2004, y el último editado en 2010, ¿cómo valoras la evolución de tu trabajo? ¿qué has ido ganando con el paso del tiempo y de la experiencia?
Lentitud y claridad. He aprendido a ser un ilustrador entendiendo la pertenencia del libro. En mi dibujo he visto que se afina pero que se aleja de lo gráfico, por más vehemencia que tenga en permanecer en ello o por más que me esfuerce en alejarme de lo figurativo, veo que entra en una zona difusa. Tal vez lo más claro que pueda recoger es que mi acabado se ha ido robusteciendo pero sinceramente no es algo que me interese mucho, yo desaría aligerar esta carga y dibujar más suelto. La fortuna es que siempre uno puede volver a comenzar y tal vez eso si sea algo que valore mucho.
9.-¿Cómo valoras que tus obras sean seleccionadas en Bolonia (2007,2008 y 2011), y premiadas con la Mención Especial en 2009 en la categoría de New Horizons de los Bolonia Ragazzi Award, y  el Premio de Ilustración de los CJ Picture Book Awards de 2010? ¿Qué significa para ti estos reconocimientos?
Es un gusto saber que tu trabajo participe en eventos tan importantes y una satisfacción que los seleccionen, pero toca tanto el ego que enseguida busco esparcirlo y prefiero no mencionarlo para no caer en la ignorancia, así que siempre me vuelco al trabajo y entiendo entonces que ese logro se vuelve la posibilidad de decir "aquí", para ver enseguida un allá y ubicar su recorrido, algo tan pasajero que solo es un punto como otros en el camino.
10.-¿Con qué quieres que los lectores de tus libros se queden después de ver una de tus obras? ¿Qué pretendes transmitir a tus lectores?
Me gustaría que se mezclaran con sus recuerdos, como sea que uno entienda al recuerdo. Transmitir en realidad no es mi intención, aunque suene absurdo, más bien imagino que mi trabajo pertenezca tanto al libro que desearía que cuando alguna persona mencionara la historia o la recordara, tuviera en la cabeza alguna huella de esas imágenes, así, borrosas, extraña, como en lontananza. Eso deseo.
11.- ¿Qué pintores han dejado huella en ti? ¿Y qué ilustradores te seducen cada vez que ves sus trabajos?
Los clásicos, tengo un enamoramiento interminable con ellos, Miguel Angel, Durero, Caravaggio, Rembrandt. Y sucede algo curioso, me fascinan los ismos, la pintura mexicana, todo, Saturnino Herrán, Ricardo Martínez, Francisco Corzas, también las vanguardias, aquellos que replantean el arte, pero cuando vuelvo a ver una obra de Caravaggio, de Miguel Ángel, creo que no existe una contemplación más profunda que la de ellos. Ahí entiendo la plenitud de la palabra genio.
Por su parte siempre me seduce el trabajo de Wolf Erlbruch, de Pablo Auladell, Narges Mohammadi, de Pablo Amargo, artistas de gran dimensión.
12.-¿Qué es para ti la belleza? ¿La buscas en cada uno de tus libros?
La belleza para mi es una construcción bien sostenida en el universo, sencilla, que muestra su pertenencia, que no se aísla, un espejo que refleja y además muestra; y no sé si siga buscándola, me produce una angustia tremenda, bastante frustación y mucha inseguridad así que prefiero conformarme con una buena composición y un buen manejo de color.
13.-¿De qué te nutres para hacer tu trabajo? ¿En qué terrenos se hunden tus raíces para alimentar tu imaginación y creatividad?
En la vida misma, en la gente, en lo que leo e imagino. Me gusta mucho la música, amo el cine, y solo una coreógrafa, Pina Bausch. Me fascina ver fotografías abandonadas, como las de Diane Arbus, o como las que existen en lo mercados “de lo viejo” de Buenos Aires. Me nutro de palabras de escritores que me gustan, de su poesía; tantos y muchos. Para mi tener un libro de poesía es como beber de un vaso de agua fresco, así que siempre tengo uno cerca que me da de beber. Lo aforístico, lo metafórico de la literatura, son figuras infinitas que siempre me llenan y que despiertan mi imaginación.
14.-¿Qué significa para ti crear un álbum ilustrado?
Es la posibilidad de escribir con otro tiempo un paralelo a las palabras, escribir sobre la misma hoja, dibujar o rayar las palabras, volcarlas, descubrirlas para mi o para otros, formar parte de una charla, eso, formar parte de algo. También es una forma de apropiarse del mundo, no porque te adueñes de nada, sino porque algo que es parte del mundo viene a ti, te dice algo y se regresa con algo que puedas decir, es la posibilidad de que tu mirada se haga voz. Es un compromiso muy profundo el hacer un álbum ilustrado, no porque tengas que hacer una obra de arte sino más bien algo muy honesto y muy profundo, que no sea banal, ni superficial, sino debe tener ese tiempo de vida que te llevo hacerlo, porque al final, álbum ilustrado o libro ilustrado, tu trabajo dentro del libro, es un libro que se convertirá en un interlocutor, y ese interlocutor debe ser humano para que entonces la posibilidad no deje de llevar lo que nos tiene reunidos en él.
15.-¿En qué proyectos trabajas en la actualidad? ¿Qué historia te gustaría ilustrar especialmente?
Ahora mismo estoy en un proyecto de ensueño, un mural de 50 metros que me llevará parte de este año. También tengo libros pendientes, Lorca es uno de mis sueños que espero sacar, Víctor Hugo, Becquer, y otros que he planeado con algunos amigos escritores. Y sobre algo que me gustaría mucho ilustrar me viene a la cabeza Edipo, el Popol Vuh o soñar con algo de Herta Müller.

16.-¿Te gustaría escribir tus propias historias, o tener tiempo para realizar algún proyecto personal?
Sí, me gustaría muchísimo, sentarme en mi mesa y  con el día escribir, imaginar libros, escribir historias a la vez que dibujarlas. Tengo algunos proyectos que he escrito y otros que tengo en marcha, pero hasta ahora solo uno ha tenido su tiempo para publicarse, La Bruja y el espantapájaros, yo espero que este mismo año se edite. Y el deseo que algún día realizaré, será el de hacer una animación que empezó con un pequeño escrito, “El árbol que flota”. En fin, creo que eso también es un motor, la ilusión de que algún día lo haré. Ya veremos.   

No hay comentarios: