La idea del ser humano como náufrago eterno, como pájaro de Lorca, el mundo como un sueño, como un sueño que navega en una botella en alta mar (être égaré,), al garete, jamás sabremos si llegará a alguna playa pero soñamos con ello, tal vez para imaginar y para desear que alguien, en algún momento, leerá lo que un día escribimos y no sentirnos tan solos.
La promesa en la escritura, en los libros, es justo esa botella que hace flotar nuestra vida.